sábado, 15 de diciembre de 2018

Principales Problemas Ambientales de América

Que hay problemas ambientales en América Latina no es una novedad, pero sí tal vez lo sea que éstos se deben en muchos casos al fracaso del Estado como propietario de recursos que no logra cuidar y sostener. El consenso “ecologista” presenta un panorama en el cual la raíz del problema es el afán de obtener desmedidas ganancias sin considerar los efectos destructivos sobre el medio ambiente. Las empresas capitalistas, sobre todo grandes e internacionales, aparecen como los principales villanos a quienes hay que combatir, con buenos o con malos argumentos. El Estado y la política son propuestos como el freno y la solución para esas ambiciones descontroladas.

Sin embargo, los principales problemas ambientales presentes en América Latina son el resultado de la falla de Estado, de la mala calidad institucional por la cual éste, que asumiera la propiedad de la mayoría de los recursos hoy degradados, no cumple su función de propietario “protector” y en muchos casos alienta y subsidia la depredación. Repasemos brevemente cuáles son esos problemas.

a) Cambio climático:

El principal tema ambiental del planeta encuentra a América Latina como un participante menor, teniendo en cuenta el volumen de emisiones de CO2 que muestra el gráfico, aunque no exento de sus consecuencias, las que de verificarse pueden tener impacto en el núcleo de su producción agrícola y ganadera.

En este sentido, si bien el actual período de crecimiento económico significa que la región aumentará sus emisiones, al mismo tiempo estará en mejores condiciones y con más recursos económicos como para hacer frente a sus problemas. Por ejemplo, el IPCC (International Panel for Climate Change) plantea escenarios en los que el calentamiento global genera un incremento de ciertas enfermedades, pero es mucho más robusta la relación existente entre el PBI per cápita y la expectativa de vida al nacer, ya que ese mayor crecimiento implica un mejor acceso a agua potable o servicios sanitarios. 

Una relación similar existe entre el nivel de PBI y el impacto de eventos climáticos catastróficos.
La contaminación ambiental del aire ha contribuido a generar enfermedades respiratorias en la población. Es la combustión a leña el principal factor causante de la contaminación interior, y los transportes e industrias, de la contaminación exterior. El número de vehículos aumenta cada año (incentivado por el diesel subsidiado) generando mayores emisiones de gases tóxicos y PTS (partículas totales suspendidas). La contaminación ha llegado a una situación crítica en muchas ciudades. En 1974, San Pablo fue declarada en estado de emergencia debido a una nube formada por miles de toneladas de monóxido de carbono emitidos por miles de automóviles y de industrias. En Puerto Rico, las industrias químicas, el super-puerto y las plantas de refinación del petróleo han afectado las vías respiratorias de 1/5 de la población. México DF también tiene grandes problemas con el material particulado en suspensión, y Bogotá (Bolivia) y Santiago de Chile tienen un grave problema con el esmog, Esto se debe en parte a que la capital chilena se encuentra entre montañas, lo que provoca que el aire se quede atrapado y no alcance a eliminar la contaminación. 

Sorpresivamente, el caso de Buenos Aires es muy distinto. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud reveló que es una de las ciudades con menos contaminación en América latina y el mundo, y se encuentra entre los que no representan daños para la salud. Lo curioso es que Buenos Aires no obedece a las políticas públicas sustentables o prácticas ecológicas por parte de la población, sino que es su ubicación geográfica y las condiciones meteorológicas las que hacen que la contaminación se disipe diariamente sin provocar alteraciones en la salud. A pesar de la gran cantidad de emisiones que generan los automóviles, el transporte público, las industrias y las centrales térmicas que generan energía eléctrica, el hecho de que Buenos Aires esté situada sobre una llanura, sumada a los vientos y el mayor caudal de precipitaciones, hace que esté muy ventilada y que la contaminación atmosférica no sea un asunto de relevancia.

b) Deforestación de bosques: 

América Latina cuenta con enorme cantidad de bosques y la selva más grande del mundo. Se estima que además de poseer la mayor biodiversidad y regular la temperatura global, la selva del Amazonas provee 1/5 del oxígeno del planeta, el 15% de agua dulce y la tercera parte de la madera del mundo. Desde el año 2000, se han talado aproximadamente 150.000 Km. cuadrados de selva en Brasil, mediante quemas para dejar lugar a la agricultura (sobretodo para la soja) y ganadería, o la explotación de la madera. Ayudado además por el subsidio de la construcción de carreteras, y el aumento en la densidad de población.

El gobierno da su apoyo a estas actividades de explotación mediante créditos y exenciones de impuestos lo que promueve aún más la deforestación. Asimismo, no hay derechos de propiedad claros, provocando que propietarios y ocupantes luchen por el derecho a propiedad, causando conflictos entre ellos y frecuentes ocupaciones. La mayoría del territorio Amazónico todavía no es legalmente propiedad de nadie. El sistema legal no protege a los propietarios de la expropiación por parte de ocupantes ilegales, quienes invaden la tierra, la explotan, para luego reclamar derechos de propiedad.

Según el Estatuto de la tierra de 1964 y la constitución de 1988 de Brasil, un ocupante tiene el derecho de instalarse en tierras públicas y hacer uso privado de ellas. Si explotan la tierra por un año reciben el usufructo, y si a los 5 años siguen ocupando y desarrollando la tierra, obtienen el derecho a propiedad. Pero como el proceso es lento y faltan presupuestos, muchos propietarios no están legalmente registrados. Por ello talan la selva para reafirmar su uso productivo de la tierra y evitar que alguien la reclame, porque el uso agrícola es considerado “uso productivo” pero no así el mantenimiento y explotación del bosque original. Talar es, entonces, una forma de obtener el reconocimiento.

Así, los propietarios explotan su tierra de manera que genere beneficios inmediatos, desmontando la zona para la ganadería y la agricultura impactando drásticamente al ecosistema, sin importar las consecuencias a futuro, en medio del auge de la agricultura como consecuencia del mejoramiento de los precios internacionales de productos agrícolas, como la soja. También se debe al incremento en la demanda de combustible a partir de la leña y de alimento, debido al aumento de la densidad poblacional. El subsidio a la producción de etanol, obtenido a través de la caña de azúcar también ha promovido la deforestación en Brasil, tercer productor de etanol en el mundo.

Algo similar ocurre en la Amazonia boliviana, donde el conflicto reciente en relación al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure (TIPNIS), es una muestra más de falta de definición de derechos, incluso colectivos, entre comunidades campesinas y colonos. También en el departamento del Boquerón, en el Chaco paraguayo.

La forestación se ha visto también perjudicada por la inestabilidad jurídica y políticas macroeconómicas que reducen la preferencia temporal, impiden el cálculo económico a largo plazo, absolutamente necesario para una actividad como ésta. La falta de moneda estable concentra la actividad productiva en el corto plazo, eso no incluye a la forestación o la explotación racional de bosques nativos.

En otros países de la región la deforestación es causada por la combinación de alta densidad poblacional y pobreza, y el uso de leña como única fuente de energía. Esos bosques suelen ser propiedad pública y el Estado no actúa como un real propietario ni asigna ese derecho a los habitantes para que tomen en cuenta el daño sobre su propio recurso o tengan incentivo a cuidar y plantar, no solamente a cortar y podar.



Vulnerabilidad, Peligro y Amenaza Ambiental en América

En este apartado podremos conocer qué se entiende por vulnerabilidad, peligro y amenaza, con respecto a la relación de la población con el medioambiente. Así también, presentar una tabla de mitigación de riesgos.

Comencemos con algunos conceptos:

a) Vulnerabilidad:

Capacidad de recuperación de un desastre en función de las condiciones sociales, económicas, políticas e institucionales de la población. Está íntimamente relacionada con el riesgo y la amenaza. Se puede definir como "la debilidad o grado de exposición de un sujeto, objeto o sistema".

b) Peligro Ambiental:

Corresponde a cuando el evento que causa un perjuicio tiene causas combinadas, es decir, naturales y/o antrópicas. La idea de peligro ambiental incluye peligros naturales agravados por acción del hombre, peligros antrópicos agravados por la naturaleza, peligros antrópicos que afectan a la naturaleza. Es decir, una amenaza potencial que enfrenta al hombre con la naturaleza por eventos que se originan o son transmitidos por el ambiente natural o artificial.

c) Amenaza Ambiental:

Una definición ampliamente aceptada caracteriza a las amenazas naturales como "aquellos elementos del medio ambiente que son peligrosos al hombre y que están causados por fuerzas extrañas a él". Así también, se puede definir como la potencial ocurrencia de un hecho que pueda manifestarse en un lugar específico, con una duración e intensidad determinadas.

d) Riesgo:

Es la probabilidad latente de que ocurra un hecho que produzca ciertos efectos, la combinación de la probabilidad de la ocurrencia de un evento y la magnitud del impacto que puede causa, así mismo es la incertidumbre frente a la ocurrencia de eventos y situaciones que afecten los beneficios de una actividad.
































miércoles, 12 de diciembre de 2018

Ciudades Latinoamericanas: Imágenes de la Segregación y Realidades Desiguales

Por, Carlos Fidel, profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
Para elpais.com
5 de Julio, 2015






La persistencia de las desigualdades en América Latina

Las ciudades fueron transformándose y acentuando su relevancia en el mundo occidental.

El mapa urbano de América Latina está en permanente mutación, aumenta su extensión y gravitación relativa, a la par que varían las formas de gobernar, administrar y participar de los ciudadanos. El despliegue de nuevas tecnologías desarrolla innovaciones digitales que transforman las redes y los dispositivos que inciden en la configuración y diseño de la trama urbana de amplias zonas. Tal es el caso de los usos del suelo, circuitos de tránsito y de los procesos de construcción, produciendo formas de ciudad en el que operan agentes que se apropian de las “ganancias extraordinarias localizadas”, al tiempo en que se generan nuevos modos de segregación que, muchas veces, se suman a las existentes.

Los ejes del poder capital/trabajo se asentaron interactuando y moldeando el territorio, prendiendo sus signos en todas las formas donde fluían las nacientes relaciones sociales que se transmutaron y desarrollaron a lo largo del tiempo en las superficies del mundo. 

Dicha forma concreta de producción, circulación y consumo de bienes y servicios se proyectó en el presente, borrando significaciones del pasado y penetrando en los imaginarios de los paradigmas futuros. Cruzando los cánones de la disposición política, cultural y los soportes de los centros del poder, irradió su modo de organizar los usos del espacio moldeando las tecnologías y estilos de vida rural/urbana. 

En este escenario los grupos de dominio estrecharon y concentraron los vínculos entre los capitales, atravesados por las negociaciones, los enfrentamientos y las tensiones de la lucha por el poder. Los capitales se expandieron y ampliaron incesantemente la acumulación de objetos, transformándolos incesantemente en “mercancías”. Las luchas por la apropiación entre las clases sociales y los aparatos político-estatales fueron el contexto de expansión y opresión. Las sedes imperiales más poderosas tendieron a expandirse y disputarse sus dominios a escala mundial, incluyendo la geografía americana. Esa amplia área fue rápidamente dividida bajo las órbitas de influencia manejadas por pocos centros dominantes y extendiendo la ocupación y producción de los espacios urbanos. 

En los territorios urbanos se fueron concentrando los habitantes, de modo tal que, en la actualidad, el 54% de la población mundial total se localiza en suelos de uso urbano. La tendencia es que esta dinámica seguirá en aumento y que, en el año 2050, llegará al 66%, según datos de la ONU. Hoy, Asia concentra el 53% de la población urbana mundial, seguida por el continente Europeo con el 14% y América Latina y el Caribe con el 13%.

Entre los años 1990 y 2014 el mundo ha pasado de 10 megaciudades con más de 10 millones de habitantes, a 28. Se estima que para 2030 habrá 41 ciudades con más de diez millones de habitantes. Además, casi la mitad de los 3.900 millones de habitantes urbanos actuales residen en áreas urbanas con menos de medio millón de habitantes.

En la actualidad, en América Latina y el Caribe, aproximadamente 80% de su población (cerca de 468 millones de personas) viven en áreas urbanas, la mitad de ellas reside en ciudades de menos de 500 mil habitantes. Más de 111 millones de latinoamericanos viven en viviendas degradadas, sobreutilizadas y en zonas suburbanizadas. Ese segmento representa el 24% de la población total urbana en la región, la cual sufre graves problemas de acceso al agua y al saneamiento.

Segregación y desigualdad urbana

En la literatura especializada el término “segregación” remite a la proximidad espacial donde se localizan las unidades familiares que son parte de un mismo segmento social y/o la distancia con otros grupos étnicos o socio-económicos. El concepto se utiliza para identificar a los grupos más pobres así como a los que más poseen. Estos últimos tienden a auto-segregarse, en muchos casos como forma de mostrar su poder patrimonial, viviendo en zonas exclusivas donde solo pueden acceder las personas de grandes fortunas. En otros casos, sectores medios se localizan en terrenos cerrados, “imitando” las conductas de los segmentos que concentran las riquezas de la sociedad.

Así, como señala Martha Schteingart, es posible diferenciar entre las formas de “segregación pasivas”, es decir que derivan de rechazos sociales y económicos a los más pobres, de las formas de “segregación activa”, que emerge en los comportamientos de aislamiento de los sectores más poderosos. Estas modalidades de segregación son expresiones de la desigualdad patrimonial, cultural y simbólica que imperan en las sociedades urbanas latinoamericanas. una de cuyas formas de reproducción son el uso y la tenencia del suelo urbano. 

El suelo y el marco construido

En los últimos tiempos, uno de los fenómenos que más afecta a los habitantes de las ciudades es la incesante oscilación hacia la suba o a la baja relativa de los precios de los metros cuadrados del suelo urbano. Esa modificación de la estructura del suelo y edificaciones registra la intervención de agentes de producción y comercialización del mercado inmobiliario que suelen ser una extensión de grupos económicos y, en muchos casos, provienen de extensiones de sociedades que operan en las esferas financieras transnacionales.

Otro hecho es el alto ritmo y nivel de construcción de marcos edificados en “cercadas franjas urbanas”, dedicados a distintos usos que agrietan la mancha urbana, estropean el ambiente y obturan la comunicación; distorsionando la distancia real y simbólica entre los distintos segmentos de los habitantes de la ciudad.

En el proceso constructivo juegan los entramados de las variaciones del empleo de fuerza de trabajo y de las tecnologías en la edificación, con permanentes alteraciones en tipos y precios de los materiales e insumos en el sector de la construcción. 

Considerando el ínfimo y caro crédito público y privado destinado a la adquisición de viviendas, en América Latina, la situación se torna más problemática para los usuarios de vivienda destinada a las clases medias y medias bajas, siendo aún más grave en las clases populares.

Mientras las carencias habitacionales se expanden en muchas ciudades, en las urbes que se destinan para la recreación o el turismo, hay sobrantes de viviendas y espacios de alta categoría constructiva sin ocupación ni utilidad la mayor parte del año. Así, se evidencia una disposición edificada que expresa la virulenta contradicción entre la superabundancia de la capacidad construida instalada y las agudas insuficiencias de la utilizada.

La escasa planificación y las debilidades de las políticas estatales fueron dando lugar a espacios públicos que privilegian el uso del automóvil individual, en detrimento del acceso al transporte colectivo que mantiene o refuerza la segregación social y espacial, incrementa la contaminación ambiental y despilfarra las fuentes de energía natural no reproducible. A la vez, el despliegue de nuevas tecnologías desarrolla innovaciones digitales que transforman las redes y los dispositivos que inciden en la configuración y diseño de la trama urbana de amplias zonas. En las últimas décadas se registró un fuerte cambio en el que irrumpieron fisuras que atravesaron la morfología segregada, modificaciones que continúan hoy día, profundizando la alteración y desigualdad de la distribución del acceso al suelo, a la vivienda y al uso de la ciudad.





Regeneración y vestigios


Uno de los rasgos más característicos que se derivan del apartado precedente es que las urbes están marcadas por la profunda diferenciación que existe entre ellas; al tiempo que internamente son atravesadas por complejas y variadas diferencias en la hechura arquitectónica, los rasgos culturales y políticos, las utilidades del suelo urbano, los modos y las formas constructivas, acoplados a los entornos ambientales que van cambiando en las distintas ciudades.

Cruzado con los anteriores aspectos, otro eje analítico ineludible es el modelo de política económico-social que predomina a nivel macro, que demarca los tipos de estructura de ciudad: la extensión de la pobreza, la localización concentrada de la opulencia de edificios y de los automotores que circulan por sus calles: un estilo de modelo social-económico sostenido en estrategias de gobierno que van demarcando los grados de separaciones que segregan en zonas diferenciadas a los habitantes. 

En este marco, podemos distinguir a los países que aplican estilos de políticas gubernamentales ortodoxas y tradicionales, frente a nuevas tendencias con enfoques que tienden a sociedades urbanas más igualitarias con aperturas participativas de la población.

Fisuras conflictivas o violentas

Uno de los rasgos que asemeja a las ciudades latinoamericanas es la presencia de diversas formas de violencia que se ejercen cotidianamente contra las mujeres; las que deben prestar un tributo especial para residir en las ciudades. En un contexto en el que persiste la violencia de género, hay manifestaciones recurrentes de carácter sangriento, siendo notable que gran parte tiene un fuerte contenido sexual.

Otro factor que refuerza las fracturas que atraviesan intensamente muchas de las urbes latinoamericanas son las oleadas de miedo que se instalan en los habitantes, olas provenientes de niveles de violencia e inseguridad reales o ficticios, muchas veces replicados por los medios de comunicación. En las urbes latinoamericanas es clave la falta de una política de seguridad ciudadana, además de políticas públicas locales basadas en una estrategia participativa y democrática con el objeto de prevenir y atender las necesidades fundamentales de un amplio conjunto de la población, buena parte de ellos olvidados de los derechos civiles.

Otra aguda problemática vinculada a la violencia y a la inseguridad proviene de los estrechos y engañosos acuerdos que se establecen entre camarillas organizadas y fracciones del poder tanto públicas como privadas. Esos acuerdos son el marco que propicia y encuadra el crimen ampliado: el tráfico de personas, así como el de armas y productos prohibidos; transgresiones que desbordan el espacio de las ciudades latinoamericanas. 

Estas uniones de agrupaciones ilegales se mueven extendiéndose hacia los sitios ocultos de los sótanos urbanos, pactando con otros núcleos similares de otras regiones cercanas y de otros países. En general, derivan sus ganancias y basan su estabilidad en negocios lícitos. Uno de los sectores preferidos para incorporar a la legalidad el dinero de origen ilegal es el sector de la construcción y el mercado inmobiliario, porque la dinámica de los agentes y las modalidades comerciales y financieras permiten inflar u oscurecer los orígenes y las reales cantidades de los fondos que se destinan a dichas actividades.

La creciente gravedad de los hechos con las consecuencias violentas que conlleva exige la pronta aplicación de esfuerzos y el diseño de estrategias rápidas, inteligentes y participativas que coordinen a todos los niveles de gobierno y convoquen al conjunto de la población, para llevar a cabo acciones de prevención efectivas e integradoras.

Conclusiones y reflexiones

Las ciudades latinoamericanas transitan tiempos de cambio.

Con el riesgo de simplificar o esquematizar excesivamente, por un lado, se observa una tendencia al predominio de gobiernos locales que llevan a cabo políticas de corte neoliberal, propiciando así la disminución de la intervención y la regulación gubernamental, acompañada por la privatización de los servicios colectivos rentables y delegando las acciones inmobiliarias a los agentes del mercado, lo que produce una transferencia de los sobrantes monetarios hacia las zonas habitadas por los sectores de mayores ingresos. Todo esto agudiza la segregación del uso y la circulación del espacio urbano, conformando ciudades atravesadas por la polarización y la exclusión social.

Por otro lado, América Latina también es uno de los escenarios privilegiados para el desarrollo de políticas heterodoxas, inspiradas en los “Estados del Bienestar” de la segunda mitad del siglo pasado y nacidas de una matriz de pensamiento neo-keynesiana. Esos gobiernos colocan en el centro de sus acciones un fuerte acento en las cuestiones sociales, en el desafío de disminuir la pobreza, mejorar el empleo, ampliar los derechos de los ciudadanos y promover una mejor distribución de la riqueza. 

En este contexto, las ciudades adoptan políticas para avanzar progresivamente en la disminución de los múltiples factores que se acoplan potenciando la segregación, al tiempo que tienden a unir a los habitantes en el uso del espacio. Generan así una progresiva igualación en los niveles de distribución de los ingresos, gracias a la aplicación de iniciativas públicas o privadas que mejoran las condiciones de vida de los segmentos desposeídos, modificando las inserciones en el aparato productivo y ampliando los accesos a la educación en tanto determinantes de la igualdad y la integración social.

Estos nuevos escenarios sociales de las ciudades latinoamericanas van ampliando los derechos y creando ciudadanía sobre la base de formas participativas y democráticas de los gobiernos locales; diseñando políticas que buscan sistemas igualitarios de géneros y enfrentando las diversas violencias contra las mujeres en los ámbitos urbanos.

Uno de los ejes centrales de los gobiernos locales progresistas se concentra hoy en la elaboración planes integrales y participativos, que buscan crear ensambles estables entre actores académicos, especialistas, gubernamentales y la conjunto de la población, diseñando estrategias efectivas de acción que desarrollen mejores condiciones de vida en ciudades edificadas sobre la justicia social y la igualdad.

En las urbes latinoamericanas hay mucho por transformar. Las tareas son arduas y complejas si lo que aspiramos es a abordar, con decisión política, desigualdades sociales crónicas; si queremos abolir de manera definitiva la asimétricas distribución de oportunidades y beneficios entre ricos y pobres; si queremos combatir las persistentes formas de violencia de género, las causas de la contaminación ambiental, las carencias alimentarias y educativas, las de transporte y seguridad, el déficit habitacional y los estructurales problemas de saneamiento. De esto dependerá que las ciudades latinoamericanas dejen de ser el espejo en el que se refleja una realidad de segregación, abandono e injusticia.




Regiones Culturales de América




Las regiones culturales de América son fundamentalmente dos: la anglosajona y la latina. No obstante, dentro de cada una hay una serie de culturas que las configuran.

Vale decir que en una región cultural sus habitantes comparten todos o algunos elementos culturales que definen su identidad.

Algunos de estos elementos son el idioma, el credo, la gastronomía y algunas actividades tradicionales, entre otros. Se trata de un territorio con habitantes muy similares en cuanto a sus rasgos culturales.

Las regiones culturales de América más importantes:

a) Anglosajona

Es una de las dos culturas más diferenciadas de América. Los países del norte del continente (Estados Unidos y Canadá) son sus más importantes representantes.

Otros países como Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice y Jamaica también detentan esta cultura.

En estos países el inglés es la lengua oficial dada su historia como colonias británicas. Otra característica que comparten es que tradicionalmente son sociedades cohesionadas.

Al nacer de una revolución social, esta cultura ha desarrollado una legislación que tiende a proteger a sus ciudadanos de los abusos del poder del Estado.

Al igual que en sus vecinos continentales, en estas naciones la población se concentra en las grandes ciudades desde que se inició la inmigración europea en el siglo XIX. Entonces, la mayor parte de su población es urbana.

Sus habitantes se calculan en 479 millones de habitantes aproximadamente, y tiene el segundo mayor porcentaje de inmigrantes en el mundo (14,2 % de la población total).

La mayoría de estas personas son seguidoras del protestantismo. Aunque la mayoría de sus habitantes tiene ancestros europeos, también tienen población nativa indígena que aún sobrevive.

Hay una importante presencia mestiza y afroamericana, y en los últimos años ha crecido el número de inmigrantes de origen oriental.

Han desarrollado técnicas urbanísticas especialmente diseñadas para soportar los embates de la naturaleza, como tornados, tifones, ciclones, entre otros.

Su industria se ha especializado y sectorizado, aprovechando los recursos de cada región y el uso de tecnología para maximizar la producción. Los distintos sectores de su economía se han ido desarrollando de forma casi armónica.

Las subculturas más importante de la región anglosajona son:

Anglofrancesa

Entre los siglos XVI y XVIII los franceses establecieron varias colonias en distintos puntos de América. Canadá, algunas islas antillanas y parte de Guayana se incluían en esa lista.

Con el tiempo fueron expulsados por los portugueses, o huyeron por falta de adaptación a las condiciones del clima o a las enfermedades tropicales.

Sin embargo, aún hoy administran la Guayana francesa y en muchas de esas antiguas colonias se conservan manifestaciones de esa cultura europea.

Angloafricana

Las dos vías de llegada de los primeros africanos a este territorio fueron el tráfico de esclavos durante la Colonia y la inmigración caribeña del siglo XX.

En todo caso, los afroestadounidenses representan hoy el 13 % de la población total de Estados Unidos.

Al principio se asentaban en el sureste del país, pero actualmente su población se ha extendido a ciudades más hacia el centro.

El hip hop, el blues o la música góspel son pequeñas muestras de la influencia afroamericana en el desarrollo cultural de esta región.

b) América Latina

Los países latinoamericanos (que van desde México hasta la Patagonia argentina) hablan español y portugués, que derivan del latín.

Son países que han tenido una historia signada por los regímenes políticos populistas y autoritarios, y por la dependencia y el subdesarrollo económico.

Su población se calcula en unos 626 millones de personas que habitan principalmente zonas urbanas.

Los habitantes de esta extensa región son jóvenes que promedian los 25 años de edad, la mayoría mestizos. En cuanto a sus creencias, la mayoría de los latinoamericanos profesa el cristianismo católico.

Con relación a la alfabetización, se notan brechas importantes entre los países que componen la región: Argentina y Chile superan el 98 % de población alfabetizada, mientras que Guatemala y Haití están por debajo de 75 %.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta es la región más desigual del mundo.

A pesar de ser de las regiones del mundo con mayor biodiversidad y con grandes riquezas minerales, su economía es subdesarrollada y la mayor parte de su población es pobre.

El sector primario es la base de su economía, pero la falta de inversión en tecnificación y mantenimiento no ayuda a que resulte suficiente para impulsar el desarrollo de las naciones.

Las manifestaciones culturales de esta región tienen un importante sello indígena, pero no se limitan a ese estilo por cuanto también hay influencia europea y africana.

Esta región cultural también podría dividirse en otras subculturas, a saber:

Andina

Geográficamente hablando, el área cultural andina se circunscribe a la región central de la cordillera de los Andes.

En sus tradiciones aparece el culto a los muertos, la alfarería, la agricultura en terrazas, los trabajos en cerámica y con aleación de metales, y un pulido sistema numérico.

Esta área se caracteriza porque en su medio ambiente predomina una configuración de mar, cordillera y bosque tropical, que determina gran parte de su idiosincrasia y su economía.

Mesoamericana

Mesoamérica un área cultural que abarca la mitad meridional de México, Guatemala, El Salvador, Belice, y el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Según varios investigadores, su historia inició entre los siglos XV y XII a. C.

Su economía es eminentemente agrícola, lo cual incidió en que desarrollaran tempranamente un amplio conocimiento de la medicina natural.

Utilizaron la escritura tempranamente y utilizaban dos calendarios. Construyeron pirámides escalinadas y grandes templos en honor a sus dioses, o para honrar la memoria de sus gobernantes.

Practicaban el nahualismo y los sacrificios humanos. Aunque muchas de esas prácticas han cesado, aún sobreviven algunos vestigios en su cultura, como por ejemplo, la celebración de la Santa Muerte en México.

Los grupos más importantes que albergó esta zona y cuyos rasgos persisten en la actualidad fueron los aztecas, los olmecas, los mayas, los zapotecas y los mixtecas.

Caribeña

Esta es una cultura desarrollada principalmente en las islas ubicadas frente a las costas de Centro América y Sudamérica.

Se cree que sus primeros habitantes eran indígenas que vivían a orillas del río Orinoco, en Sudamérica, y que se mudaron a esa zona aproximadamente en el 1200 d. C.

Los caribes (este grupo de amerindios) vivían en aldeas separadas y se dedicaban a la construcción de barcos o a navegarlos.

Hablaban lenguas indígenas particulares, pero luego se fueron mezclando y surgieron lenguas como el arawak, el creole y el papiamento, entre otras.

La colonización española diezmó esta población, pero no la desapareció. Hoy se pueden encontrar algunos de sus descendientes en Dominica.

Eran politeístas, pero hoy son, en su mayoría, practicantes de un sincretismo religioso con una dosis alta de cristianismo católico.

Su sociedad era eminentemente patriarcal. Más adelante hubo caribes que se mezclaron con negros africanos que sobrevivieron a naufragios, y así nació una nueva cultura: la garífuna.

Hoy se calcula que hay 3 mil personas que descienden directamente de esas tribus caribes y viven en Dominica, pero su influencia en la cultura del resto de las islas es notoria.

Los habitantes de estas islas se caracterizan por ser de ánimo alegre que se refleja en su música.

Alejo Carpentier en Carifesta (1979), escribió: “Dentro de la diversidad extraordinaria del Caribe hay un denominador común, que es la música”.

Cultivan la mandioca o la yuca, que es un arbusto de raíz grande y carnosa con hojas palmeadas y un fruto en forma de cápsula alada, que se emplea en la elaboración de distintos platos. También desarrollaron la orfebrería y la carpintería.
Afroamericana

Los africanos llegaron a Latinoamérica desde principios del siglo XVI, con sus amos españoles o en barcos para trabajar como esclavos, y su llegada se prolongó hasta finales del siglo XIX.

Actualmente representan casi el 30 % de la población del continente americano. El esclavo trajo consigo sus dialectos, sus costumbres culinarias, su música y su religión.

El ñame y la patilla, por ejemplo, son frutos que llegaron con los africanos. También es el caso de los tambores con los que hoy se tocan la cumbia o el bambazú.

Su politeísmo se disimuló ante el colonizador español para transformarse en la santería que se ha popularizado en América.



Principales Cuencas Hidrográficas Del Macrocontinente Americano

¿Qué es una cuenca hidrográfica? 

Se entiende como tal, el sistema de desagüe natural de un territorio drenado por un río principal y sus afluentes. 

El agua transportada por el río (afluente) puede llegar a otro río, a un lago (cuenca endorreica) o al mar (cuenca exorreica). En casos especiales el agua se evapora o se filtra en el terreno, en este caso se habla de una cuenca arreica (debido a la aridez del clima o escasa pendiente del relieve), por ejemplo la depresión del Qattara, desierto de Libia (Egipto) y las de la meseta patagónica central. 

Funciones:

Hidrológica: Captan agua de distintas fuentes para distribuirlas por medio de ríos o arroyos. Asimismo, almacenan agua en el subsuelo de la cuenca y evacuan el exceso de agua.

Ecológica: Provee de hábitat para la flora y la fauna.

Ambiental: Regula la carga hídrica y los ciclos de reproducción de los organismos vivos, conservan la biodiversidad y mantienen los nutrientes de los suelos.

Socioeconómica y desarrollo humano: Suministran recursos naturales para el desarrollo de las actividades productivas (agricultura, ganadería, agua potable, industria y más); proveen de espacios turísticos, que equilibradamente explotados constituyen una fuente de ingresos económicos para el ser humano. Son un espacio para el desarrollo social y cultural de los pueblos.




Cuencas hidrográficas de América:

Cuenca del Río Misisipi:

Es uno de los ríos mas largo del mundo (6270 kilómetros) su cuenca que abarca tres millones de (kilómetro cuadrado) , desemboca en el Golfo de México. Cubre toda la llanura central y es un paradigma mundial de la administración integrada para el control de los cauces y el aprovechamiento de las aguas en una cuenca hidrográfica que se extiende por 31 jurisdicciones estatales de los Estados Unidos y dos provincias Canadienses. 

La desembocadura del río forma un delta de tipo ramificado o digitado, es decir, con el aspecto de la pata de un ave. Es consecuencia del depósito de sedimentos en suspensión que trae el río, que ingresan mar adentro a través de un largo canal. El Misisipi arrastra aluvión compuesto de arena y grava que proviene gran parte de las Montañas Rocosas.



Cuenca del río Grande o Bravo: 

Se localiza en Estados Unidos, tiene una longitud de 3.034 kilómetros y drena un área de 607.965 kilómetros cuadrado. Administrativamente discurre por los Estado estadounidenses del Colorado, Nueva México y Texas y por los estados mexicanos de Chihuahua, Cohahila,Nuevo León y Tamaulipa.

América Central presenta una red hidrográfica densa , alimentada por precipitaciones durante todo el año. Los ríos son cortos y torrentosos y vuelcan sus aguas en los océanos Pacífico y Atlántico. Los más largos desaguan en el Golfo de México y el mar del Caribe. Por ejemplo , el Usumacitas, al sur de México, o el San Juan, en Nicaragua, que transporta las aguas del lago de Nicaragua hasta el mar Caribe




Cuenca del Orinoco:

La cuenca del Orinoco es la parte de América del Sur drenada por el río Orinoco y sus afluentes. La cuenca hidrográfica del Orinoco cubre un área de unos 989 000 km², lo que la convierte en la tercera mayor de Sudamérica, y abarca la mayor parte del territorio venezolano y la zona este de Colombia.

El Orinoco es uno de los ríos más importantes del mundo por su longitud y caudal (2140 km y algo más de 30 000 m³/s2​), la extensión de su cuenca (un millón de km²) y, especialmente, por su importancia histórica y económica y el significado que ha tenido para Venezuela, país en el que se extiende la mayor parte de su cuenca, con casi las dos terceras partes de la misma. probablemente es el río más caudaloso del mundo con relación a su cuenca, similar en extensión a la del Danubio, pero con un caudal que quintuplica al de este último. En cifras absolutas es el tercer río del mundo por su caudal, después del Amazonas y del Congo y muy superior al caudal de otros ríos mucho más largos y de cuenca más extensa.




Cuenca del Río Amazonas:

El río Amazonas es un río de América del Sur que atraviesa Perú (nacimiento), Colombia y Brasil (desembocadura). Es el río más largo y caudaloso del mundo, y contiene más agua que el Nilo, el Yangtsé y el Misisipi juntos, suponiendo cerca de una quinta parte del agua dulce en estado líquido del planeta. El Amazonas, que tiene la cuenca hidrográfica más grande en el mundo, alrededor de 7.05 millones de kilómetros cuadrados, representa aproximadamente la quinta parte del caudal fluvial del planeta. De hecho, este río tiene la mayor cuenca hidrográfica del mundo incluso contando únicamente la región que atraviesa Brasil, que supone la quinta parte de su volumen. Estudios realizados por investigadores brasileños y peruanos en 2007 y 2008 apuntaban a que era el río de mayor longitud. En el año 2010, finalmente, se confirmó que era el río más largo del mundo, con 7062 km de longitud desde su nacimiento en la Quebrada de Apacheta, región de Arequipa, Perú.

En sus extensiones superiores, sobre la confluencia del río Negro, el Amazonas es llamado Solimões en Brasil; sin embargo, en Perú, Colombia, Ecuador, así como el resto del mundo hispanohablante, el río es generalmente llamado Amazonas río abajo desde la confluencia de los ríos Marañón y Ucayali en Perú. El sistema fluvial Ucayali-Apurímac es considerado la principal fuente del Amazonas, con la que es su principal afluente el arroyo glacial Carhuasanta que fluye de la montaña Mismi.

El ancho del Amazonas es de entre 1.6 y 10 km (kilómetros) en su etapa baja, pero se expande (durante la temporada húmeda) hasta 48 km o más. El río entra en el océano Atlántico en un amplio estuario con 240 km de ancho. La boca del sistema principal es de 80 km. Debido a sus vastas dimensiones, es a veces llamada el Río Mar. El primer puente en el sistema fluvial del Amazonas (sobre el río Negro) fue inaugurado el 24 de octubre de 2011 cerca de Manaos, Brasil.





Cuenca del Río de la Plata:

El Río de la Plata es un estuario o bahía del Cono Sur de América formado por la unión de los ríos Paraná y Uruguay. Puede ser dividido en dos sectores: el sector interior, compuesto por los tramos superior y medio, el cual es de poca profundidad y se encuentra desprovisto de intrusión salina, y el sector exterior, comprendido entre Punta del Este y la bahía de Samborombón, tramo de mayor profundidad, y con una importante influencia marina al ser ya un estuario del océano Atlántico. Tiene una forma que tiende a la triangular de 320 km de largo, sirviendo de frontera en todo su recorrido entre Argentina y Uruguay. 

Posee un rumbo general noroeste-sureste, volcando en el océano Atlántico la escorrentía de su cuenca hidrográfica más la de sus afluentes, sumando alrededor de 3 200 000 km². A pesar de que, sobre todo en Argentina, se lo llame comúnmente río, el Río de la Plata es considerado por varios geógrafos como un golfo o mar marginal del océano Atlántico. Para aquellos que lo consideran un río es el río más ancho del mundo, debido a su anchura máxima de 219 km

La cuenca hidrográfica del Plata cubre un área de unos 6 000 km², lo que la convierte en la segunda mayor de Sudamérica y la quinta del mundo, por detrás de las Amazonas, Congo, Nilo y Misisipi, y abarca territorios de cinco paísesː Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay.

Las precipitaciones que caen en su ámbito se reúnen en dos grandes cursos,los ríos Paraná y Uruguay, que luego vierten sus aguas en el Río de la Plata el que finalmente desemboca en el océano Atlántico Sur.

El conjunto fluvial de la Cuenca del Plata forma el principal sistema de recarga del acuífero Guaraní, uno de las mayores reservas continentales de agua dulce del mundo; los gobiernos de los países implicados estudian el modo de aprovecharlo de forma sustentable, asegurando así la provisión de agua potable a sus habitantes. La cuenca sirve de asiento a una población de más de 100 millones de habitantes, por lo que la interacción humana con la misma a lo largo del tiempo en forma incontrolada produce cambios significativos tanto para la cuenca como para la calidad de vida de sus habitantes.

Los dos grandes ríos de la cuenca, el Paraná y el Uruguay, tienen una densa red de afluentes, subafluentes y tributarios menores, como los ríos Paraguay, Pilcomayo, Bermejo, Salado del norte, Carcarañá, río Tercero, río Cuarto, Iguazú, Salado del sur, Gualeguay, arroyo Nogoyá, Mocoretá, Gualeguaychú, Miriñay, Aguapey, Río Negro, Guaycurú, Pilagá, San Javier, Queguay, Arapey, Guayquiraró y Samborombón, entre otros.









Zonas Climáticas En América

Las regiones climáticas de América se extienden entre clima frío, templado y clima cálido. La extensión territorial de América la hace albergar una gran cantidad de climas que incide en sus ecosistemas y en la vida tanto vegetal como animal, así como en la forma en la que el ser humano se ha adaptado al continente.

La presencia del Ecuador es un factor fundamental de división que permite una mejor noción sobre la distribución de las regiones climáticas en América. Los principales factores que influyen sobre el clima son la altitud, la latitud y la cercanía al mar.

Debido a que América se extiende en su mayor parte de manera latitudinal, es este el factor más importante para entender el comportamiento climático.

América tiene la particularidad de poseer todas las zonas climáticas del planeta, lo que lo convierte en uno de los continentes más biodiversos en toda la extensión de su territorio.

No es de sorprender que las naciones que conforman el continente americano tengan tanta variedad climática y biológica en distintas regiones de sus mismos territorios.

Mapa de las Américas de la clasificación climática Köppen-Geiger

Simbología:
Af: clima ecuatorial
Am: clima del monzón
Aw: clima tropical de sabana
BWh: clima cálido del desierto
Bwk: clima frío del desierto
Bsh: clima cálido semiárido
Bsk: clima frío semiárido
Csa: clima mediterráneo cálido
Csb: clima mediterráneo templado
Cwa: clima subtropical húmedo
Cwb: clima subtropical húmedo / clima subtropical oceánico de las tierras altas
Cwc: clima subpolar oceánico
Cfa: clima oceánico cálido / clima subtropical húmedo
Cfb: clima oceánico templado
Cfc: clima oceánico fresco
Dsa: clima continental cálido / clima continental mediterráneo
Dsb: clima continental templado / clima continental mediterráneo
Dsc: clima continental fresco
Dsd: clima continental frío
Dwa: clima continental cálido / clima continental húmedo
Dwb: clima continental templado / clima continental húmedo
Dwc: clima continental frío / clima subártico
Dwd: clima continental frío / clima subártico
Dfa: clima continental cálido / clima continental húmedo
Dfb: clima continental templado / clima continental húmedo
Dfc: clima continental frío / clima subártico
Dfd: clima continental frío / clima subártico
ET: clima de la tundra
EF: clima de la capa de hielo


Regiones Climáticas de América:

a) Clima Cálido

Las regiones de clima cálido en América se extienden entre lo que se conoce como el Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio, dos paralelos del planeta ubicados en el Hemisferio Norte; es decir, al norte del Ecuador. Esta región abarca los territorios de Centroamérica y parte de Sudamérica.


Esta región presenta temperaturas medias anuales elevadas, siendo una región considerada calurosa la mayor parte del año. No es una región que se pueda clasificar por estaciones comunes (primavera, verano, invierno, etc.), y su nivel de precipitaciones es desigual durante el año.

En esta región el fenómeno climático se puede dividir en dos: una temporada de mayor calor y una de mayor humedad, donde las precipitaciones tienen mayor fuerza; sin embargo, esto último varía según las condiciones propias de cada territorio.

En relación a esto, la región de clima cálido se puede dividir en cálido ecuatorial, cálido tropical y desértico.

Cálido ecuatorial:

Este tipo de clima se encuentra a ambos lados del Ecuador, coincidiendo con lo que se conoce como la llanura y la selva amazónica.

Se caracteriza por presentar una temperatura media por encima de los 25 °C; un permanente estado de relativo calor. En algunas de sus zonas las precipitaciones son consideradas excesivas, presentando altos niveles de humedad.

Cálido tropical:

Se manifiesta en zonas como el Golfo de México, el norte argentino y chileno, y el sur de Brasil. Posee estaciones de veranos cálidos e inviernos templados. El bosque tropical es la manifestación vegetal más común de esta subregión climática.

Desértico cálido:

Esta manifestación climática es común de la región cálida del continente, pero puede presentar variables, entre desierto templado y árido.

Este último es el propio de la región cálida, encontrándose en zonas subtropicales de América del Norte y parte de Sudamérica. Presentan temperaturas altamente elevadas durante gran parte del año.



b) Clima Templado

La región de clima templado en el continente americano se extiende entre las líneas paralelas de los trópicos de Cáncer y Capricornio y el inicio de los círculos polares, tanto al norte como al sur de América.

Las pertenecientes a esta región son consideradas latitudes intermedias, debido a que no se encuentran ni en los extremos más próximos al Ecuador, ni en los extremos más próximos al Ártico.

La región de climas templados suelen presentar temperaturas medias moderadas, y cambios más perceptibles durante los distintos momentos del año.

La principal cualidad que diferencia las distintas zonas de climas templados radica en su proximidad con el mar. Es por esto que la región templada suele subdividirse en clima templado continental y clima templado oceánico.

Clima templado continental

En América este clima comprende zonas pertenecientes al interior y norte de Estados Unidos y Canadá, principalmente.

Se caracteriza por sus acentuadas diferencias de temperatura entre verano e invierno; es decir, veranos muy calientes e inviernos muy fríos, llegando a alcanzar temperaturas por debajo del nivel de congelación.

Es una subregión climática mucho más propia del hemisferio norte. En algunas regiones de Sudamérica, como el sur de Brasil y el interior de Argentina, se puede afirmar que poseen un clima de características continentales, aunque más inclinado hacia lo tropical.

La principal cualidad del clima templado continental es que se manifiesta en zonas que están considerablemente alejadas de grandes cuerpos de agua, por lo que afecta a los cuerpos territoriales. Aparte de ser una subdivisión en sí misma, el clima templado continental cuenta con otras subcategorías que permiten una mejor clasificación.

De las presentes en América, se pueden mencionar el clima templado continental húmedo, común en los Estados Unidos y Canadá, presenta temperaturas medias bajas y una menor incidencia de precipitaciones; y el clima mediterraneo continentalizado, presente en zonas como el interior de Argentina y el Valle Central de Chile.

Clima templado oceánico

Más común del hemisferio sur, y presente en las porciones de territorio más próximas a cuerpos marítimos y oceánicos. Presenta veranos de cierta frescura e inviernos fríos, aunque no extremos. Las precipitaciones son comunes, y se consideran bien distribuidas anualmente, aunque con una mayor incidencia hacia el invierno.

Es la subregión climática más común de zonas como Brasil, Argentina y Chile, así como las zonas andinas de Colombia, Ecuador y Perú.


c) Clima frío

Es la región climática ubicada a los extremos del globo, en los círculos polares. Se manifiesta mucho más en América de Norte debido a que el territorio está mucho más cerca del Polo Norte.

En cambio, su presencia en el extremo sur de América solo es perceptible en las zonas más australes del continente, debido a la distancia y una mayor presencia marítima entre el continente y el Polo Sur.

Anualmente presenta constante temperaturas bajas. Aunque hay presencia de veranos, estos suelen ser muy cortos, dando paso a inviernos muy extensos que tienen una duración de casi todo el año.